Una semana más contamos con alguien del mundo del balonmano. Semanas atrás hemos tenido en este blog a jugadores, entrenadores e incluso al antiguo Presidente de la Federación Española de Balonmano, pero es la primera vez que contamos con un segundo entrenador de la Liga Asobal. Trabaja codo con codo con uno de los entrenadores de renombre de nuestra liga y compagina esto con su trabajo como profesor. Estamos hablando de Vicente Cortina que junto a Mateo Garralda y los jugadores, están haciendo que el Guadalajara esté en la sexta posición de la liga. Es probable que, en el partido contra el Naturhouse, veamos a Vicente debutar como entrenador del Guadalajara, tras la tarjeta roja que Mateo Garralda recibió contra el Villa de Aranda.
¿Cómo decides entrar a formar parte del mundo del balonmano?
Pues por circunstancias familiares. Cuanto tenía un año me fui a vivir con mis abuelos y mis tíos, el entonces novio de mi tía , actual marido, jugaba a balonmano y era entrenador. Empezaron a llevarme a partidos y entrenamientos y, como no podía ser de otra manera, acabé jugando y ahora entrenando. Hablo con él prácticamente a diario.
Antes de ser entrenador has sido jugador, ¿por qué decides dedicarte a entrenar?
Realmente, no recuerdo cuál fue el momento en que decidí entrenar. Yo creo que hice el curso un poco por azar, se apuntaron varios compañeros de equipo, y apareció una posibilidad de entrenar a niños en mi barrio, La Calzada, y así empecé. El club de mi barrio es femenino, y había un equipo benjamín masculino.
De los equipos en los que has estado, ¿cuál recuerdas con más cariño y por qué?
Esa es una pregunta muy difícil. Cada uno es como una etapa vital. Mi familia es el Real Grupo de Cultura Covadonga, mi colegio es el Balonmano La Calzada, mi beca Erasmus es el Zarautz K.E., mi primer amor es Helvetia Anaitasuna y el Balonmano Guadalajara es mi matrimonio bien avenido, donde estoy encantado.
Antes de irte para el Guadalajara como 2° de Bolea disputas contra ellos los play offs de ascenso con el Anaitasuna, ¿cómo recuerdas ese partido?
Nosotros perdimos la semifinal el sábado contra Pozoblanco, así que ni quería ver la final, aunque en los últimos minutos de la prórroga entré al campo. Como no había sitio en la grada, lo vi a pie de pista. Nada más ascender, Demovic vino y me regaló su camiseta del ascenso. Tengo algún cotilleo incontable de aquel momento, jajajaja!
Siendo 2° de Bolea tenéis como jugador a Mateo Garralda, ¿es muy diferente de jugador a entrenador?
No creo que vaya a ser yo el que descubra ahora a Mateo Garralda como jugador. Como entrenador mantiene todas las virtudes que le llevaron a la cumbre en las pistas: perfeccionismo, capacidad de trabajo y sacrificio. Se desvive por lo que hace, quiere ser mejor cada mañana. Es espectacular vivir el balonmano a su lado.
Un día Mateo Garralda te llama para que seas su segundo en el Guadalajara, ¿cómo recibes esa noticia?
Estaba en el colegio, en mi aula, era la hora de comer. Ya habíamos hablado de varias cosas, me había dicho que si él era el entrenador quería que fuera con él. Yo seguramente no iba a continuar en el club. Me llamó y me dijo que finalmente, él sería el entrenador del equipo el año siguiente, y que teníamos que ponernos a confeccionar la plantilla. Como cotilleo, ya había empezado, tenía un dossier preparado por si acaso.
¿En qué os basáis para preparar la plantilla de un año para otro?
Pues depende del puesto, pero sobre todo, este año ha primado el perfil defensivo, aunque sin descuidar el ofensivo. Buscábamos jugadores completos y pienso que hemos acertado. También dependes de la gente que se va, no sólo a la que no renuevas. En agosto mucha gente hablaba de nuestro equipo, pero tres de nuestros jugadores eran una apuesta brasileña que la gente desconocía y resulta que su rendimiento está siendo sobresaliente.
¿Qué destacarías de trabajar con Mateo?
Como te decía antes, su perfeccionismo y su hambre por mejorar, por aprender. Discutimos mucho todas las situaciones, pero nos llevamos muy bien, es muy buena persona y se desvive y defiende a muerte a sus jugadores y ayudantes. Para mi, con lo que me gusta el balonmano, es una aventura cada día con él y paso muchos momentos preguntándole historias de partidos, de viajes, de compañeros... Bueno, eso, y sacándole fotos con aficionados, jajajaja.
Además del balonmano trabajas en un colegio, ¿es complicado compaginar ambas cosas?
Soy maestro en el Trinity College de San Sebastián de Los Reyes. Tanto el club como Mateo entienden que mi trabajo es el colegio y si tengo una reunión, evaluaciones o que quedarme por la razón que sea, me ausento. Tengo cierta flexibilidad por mi condición laboral. Me gusta mucho mi trabajo y, aunque a veces, estando en el colegio tenga que realizar alguna gestión, suelo centrarme bastante bien en lo que me ocupa, que los niños son muy exigentes también. Además, he enganchado a algunos compañeros al balonmano, niños y familias me preguntan, es muy bonito. El año pasado, los últimos partidos jugándonos el descenso, un montón de niños del colegio vinieron a vernos en Guadalajara.
¿Cómo es estar jugándose el descenso y tener a niños de tu colegio animándote en las gradas?
Pues una maravilla. Paso ocho horas al día con mis alumnos y compañeros y poder compartir con ellos un partido es una pasada, porque además, muchos ni siquiera conocen el balonmano, o no han visto más que algún partido en un zapping. Y si además es un partido vital, y tienes el aliento de tus alumnos, es una situación muy hermosa. Nuestras machadas ante Huesca o Aragón el año pasado, tuvieron sus ánimos.
¿Cuál crees qué es la clave para que un equipo funcione en las pistas?
Es muy difícil dar con la clave, si no, funcionaríamos todos. A veces nos olvidamos de que no dejamos de gestionar un grupo humano, y como grupo humano, también tiene sus preocupaciones o necesidades. También cada uno es totalmente diferente, no puede haber café para todos. Aunar ciertos criterios tácticos con esa gestión del vestuario es básica cuando no dispones de gente que pueda desequilibrar un partido por sí sola. Y después de todo esto, empiezan otras complicaciones, como pueda ser un problema económico, un retraso, un problema familiar de un extranjero en su país,...
Después del empate con el Ciudad Encantada estáis en la parte alta de la tabla, ¿cómo se consigue llegar a estar entre los más fuertes?
Una lástima no poder ganar un derby veinte años después, pero visto como ha ido la jornada, la verdad que ha sido benévola para nosotros. El próximo partido es muy importante en Aranda. Estamos yendo partido a partido, en casa nos hemos hecho muy fuertes y seguimos invictos, que el Barça no cuenta, y fuera ya hemos empezado a sacar cosas positivas. En defensa estamos encajando muy pocos goles.
Seguirás en el Guadalajara el año que viene?
Ojalá. Estamos muy contentos aquí y, si te digo la verdad, apenas he hablado de estas cosas nunca con el club. Ojalá sigamos metidos en el vagón de cabeza hasta el final, la gente esté contenta y nuestro trabajo tenga la continuidad necesaria, no sólo por el primer equipo, si no también por la estructura de club que estamos llevando a cabo.
¿Crees que la situación actual del balonmano español es beneficiosa para los jugadores y entrenadores más jóvenes?
Quizá sí, pero no porque se le den más oportunidades, si no porque no queda otro remedio. Todos preferimos tener un jugador o entrenador contrastado que la joven promesa, pero el jugador, y qué decir del entrenador, tienen un caché que los clubes no se pueden permitir. Algunos han accedido a reducir sus emolumentos y han entendido la situación actual, otros no y han preferido introducirse ya en el mercado laboral, o buscado una salida a otras ligas.
¿Cómo ves el arbitraje en nuestro país?
Hay árbitros buenos y mejores, ¿no? Unas veces te benefician, otras te perjudican... Es algo a lo que adaptarse cada partido, hay que convivir con sus errores, y apretarles un poco, para que sean menos. En una liga tan igualada, están teniendo un papel más importante del que parece. He de reconocer que me gusta mucho el reglamento y trato de exprimirlo a mi favor. Nunca protesto sin argumento.
¿Sueles protestar durante un partido?
Muy poco, aunque a veces si. Suelo ser comedido siempre, tratar de hacer algún gesto pequeño. Con frenar a Mateo tengo bastante, jajajaja!
¿Dónde te gustaría llegar dentro del balonmano?
Hace diez años, incluso cinco, no me hubiera imaginado en Liga Asobal, perdí cuatro ascensos, así que ahora disfruto cada día de la oportunidad de estar aquí, de aprender cada día de Mateo Garralda, de una Liga Asobal que nunca tuve cerca, salvo un ascenso del Naranco. Me gustaría, personalmente, entrar en Europa, o disputar algún título antes de que mi aventura termine, aunque ojalá que queden muchos años.
¿Te planteas entrenar en el extranjero o como primer entrenador en Asobal?
Hasta el 30 de junio en Guadalajara y ojalá siga aquí y con Mateo mucho tiempo. Realmente, no lo he pensado, pero veo complicadísimo ser primer entrenador en cualquier caso, aquí o fuera. Trataré de seguir aprendiendo cada día, para que si llega no me pille desprevenido.
Para terminar, si tuvieras que cambiar algo del balonmano, ¿qué sería?
Tenemos un gran producto que la gente desconoce, una gran campaña de marketing es necesaria, cuidar los detalles, pero requiere una inversión que quizá ahora no sea posible, pero quizá sea también la única salida. La selección estatal es Campeona del Mundo y bronce europeo, el Barça tiene a los mejores jugadores del planeta, hay muchos pabellones llenos... La gente se engancha a las competiciones internacionales, ¿por qué no a la liga? Me parece complicadísimo seguir la Liga Asobal con partidos cinco días a la semana, quizá debemos facilitarle las cosas a los seguidores. En otros países mueve masas, por lo tanto, tanto que cambiar a niveles de reglamentación, que suele ser a lo que todos vamos, no habrá.
Muchas gracias. Vicente.
Begoña Pedrido
Fotos cedidas Por Vidente Ike Cotrina.
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